VIVIENDO EN LOS EFECTOS
Por: Kenny Vázquez
Vamos
dando tumbos de aquí para allá, las condiciones en el trabajo no mejoran… al
contrario, la cosa cada vez se pone peor. En mi relación de pareja (si es que
hay una) la distancia cada vez en más grande o en realidad no pensamos siquiera
que el otro existe, pleitos con la familia, los amigos y una situación
económica crítica. Estamos en crisis e insistimos echarle la culpa a todos,
menos a no ser responsables.
Es
aparentemente más fácil cambiar de trabajo, de pareja etc… que de conciencia.
No
sabemos porque nuestra pareja fue infiel o porque hoy de repente se fue de la
casa con los hijos, no sabemos porque me robaron todo mi dinero o tengo que
pagar un imprevisto… Si tan sólo miráramos hacia atrás para recapitular e
hiciéramos una introspección de nuestra vida, posiblemente entenderíamos el por
qué de tantas cosas.
No
es que en tu relación un día se levantó tu mujer u hombre decidió irse o
pedirte el divorcio, seguramente hubo muchas señales y platicas ignoradas antes
de que eso sucediera ¿o no?. No es que “de repente” mi jefe me despidió porque
es malo… seguramente tampoco estuvimos pendientes de nuestra relación laboral y
es que somos la causa de todo lo que sucede en nuestra vida.
Vivir
como efecto no sólo debe traer un panorama desolador sino todo lo contrario. ¿Qué
tipo de efecto quieres vivir en tu vida? ¿El del éxito, la abundancia, la
felicidad y la plenitud? También se puede pero eso depende como lo explicaba en
el blog de la semana pasada, de nuestras acciones y pensamientos diarios. Es
difícil mantenerse al margen del juicio y la crítica, de la envidia y el recelo
pero hay que intentarlo cada día, alegrarnos por el éxito del otro y muchos
preguntarán… ¿Qué culpa o semilla ha sembrado un niño que ha nacido apenas y ya
tiene una enfermedad terminal, por ejemplo?. En Kabbalah como en muchas
sabidurías se contempla la reencarnación, algo inconcluso de una vida pasada
que vienes a completar hoy, una enseñanza y aprendizaje a los padres con
respecto a este tema, las pérdidas, los apegos, la unión y mucho más que en
cada caso es distinto.
Mucha
gente nos hemos cuestionado alguna vez en la vida, yo lo hice muchas veces…
¿Por qué a la gente buena le va mal y a la gente mala le va bien? ¿Entonces
quiere decir que tienes que ser un hijo de la fregada para que te vaya bien en
la vida? Y la respuesta es NO… Cada quien puede ser lo que quiera pero eso es
lo que podemos ver con nuestros limitados 5 sentidos, que la vida no es justa,
que al malo se le premia o goza de la vida, pero no sabemos ni podemos ver que
va a pasar en 5 años o menos… no conocemos en realidad la vida de estas
personas al cerrar la puerta de su casa, no sabemos si en realidad son felices,
si se sienten plenos, si todo el dinero o poder que tienen es como si no
tuvieran nada por que posiblemente ni siquiera tengan con quien compartirlo y
si no tienen con quien compartirlo que caso tiene tenerlo… es más, puede ser
que se les vea rodeado de mujeres, “amigos”, disfrutando y gozando de lujos y
placeres siendo unos delincuentes pero, (sin desear nada malo a nadie), ¿cuánto
puede durar el dinero mal habido? Seguramente su vida no terminará bien ni
mucho menos en paz o por la enfermedad de un ser querido ahí se irá todo “su
patrimonio”. Todo es temporal si no tienes la conciencia correcta y en realidad
nada es nuestro, ni nuestros talentos… Absolutamente nada!
Una
persona que engaña en algún momento será engañado, una persona que miente algún
día le mentirán en alguna situación donde más duela, una persona que toma algo
que no le corresponde igualmente sufrirá una gran pérdida… Nadie se va de este
mundo sin vivir los efectos de sus acciones pero sólo basta con que una persona
con tremenda negatividad desee cambiar y lo haga, para contrarrestar los
efectos negativos en su vida, así que… Siempre hay una nueva oportunidad.